lunes, noviembre 17, 2008

Paro Nacional!



Parece ser que la única medida, en ocasiones, efectiva para ser oídos, para ser atendidos y satisfechos por la autoridad (llámese Gobierno, empresa, etc) es una huelga, un paro de actividades, una medida de fuerza y presión, porque no se puede competir de igual a igual frente al organismo de poder, que tiene a cargo a cientos, miles de personas trabajando para los mismos; y como los organismos de poder saben que gozan de este privilegio, por ello no importa unos cuantos fulanos que protesten contra las condiciones de trabajo, el sueldo, al clima laboral, la carga de las tareas, etc; total, hay muchos cesantes o con trabajos en peores condiciones esperando una oportunidad... el siguiente. Y lo mismo se aplica para otro tipo de manisfestaciones e inquietudes, ya sean culturales, artísticas, Derechos Humanos, Justicia, y así una serie de tantas otras demandas, sean justificadas o no, pero que tal parece ser que sólo queda un acto de golpe de mesa colectivo, de muchos, de montones para poder llamar la atención de los que manejan todo.

Y aquí estamos nosotros, masticando la impotencia de ver cómo los precios siguen subiendo, con algún dulce de vez cuando en forma de rebaja, pero siempre viendo cómo nos arrebatan espacios e instituciones públicas, privatizando la vida, privatizando el pensamiento, y no importa qué gobierno esté de turno, sea de Concertación, Alianza o Izquierda; tendremos que seguir juntando broncas y decepciones contra el Sistema, este mundo globalizado e imperialista; y tratar de provocar una poderosa sacudida a ver si nos tiran unas cuantas migas más. Un sistema del cual no podemos elegir estar o no estar, para los "peces gordos" simplemente somos como un ladrillo más en la pared.

domingo, octubre 05, 2008

A veinte años del triunfo del NO



Hace exactamente 20 años, en un histórico 5 de octubre de 1988, el país mediante un plebiscito le dijo NO al Gobierno Militar, NO a la violación de los Derechos Humanos, NO a la represión policial, NO a la continuidad de un régimen autoritario, dictatorial encabezado por Pinochet, y con ello se cerraba uno de los capítulos más oscuros y siniestros en la Historia de Chile.
La gente pudo salir a las calles, a celebrar, a dar la mano a las fuerzas de orden, a caminar libre por las calles, a sentir que este país podría renacer.
Recuerdo perfectamente ese momento, pese a que sólo tenía 8 años en aquel entonces, cuando el ex-Secretario de Gobierno, Alberto Cardemil, en tono fúnebre y discreto, dio a conocer el resultado del Plebiscito: NO 53%, SI 44%... El resto, es historia; pero lo que más quedó en mi memoria fueron esas imágenes de personas felices, que sentían que se les estaba devolviendo una parte de sus vidas que había sido secuestrada, exiliada, aprisionada; esa parte de la vida que nos permite tener esperanzas, sueños y metas, esa parte de la vida que nos hace sentir pasión y expresar sentimientos, esa parte que algunos llaman alma.

lunes, septiembre 15, 2008

Summer of 2008... El adiós de Richard Wright




Hace poco me enteré de la muerte de este carismático tecladista, cantante, un músico de corte reservado, que; sin embargo, supo darle un sello distinto a su intrumento, siendo parte fundamental de uno de los grupos más imporantes de la música de todos los tiempos, Pink Floyd.
Wright tenía 65 años, y hoy 15 de septiembre falleció de cáncer, dejando una huella imborrable en sus compañeros de banda, y un legado de culto a sus seguidores, siendo pieza clave del sonido de Pink Floyd en sus primeros años, dando forma a creaciones cargadas de atmósferas, paisajes sonoros, alejado de veloz virtuosismo o ejecuciones imposibles (para eso, referirse a otros grandes del género, como Keith Emerson, Jon Lord o Rick Wakeman, por nombrar algunos); y posteriormente daría forma a reconocidas piezas musicales, como "The Great Gig in the Sky", "Us and Them", y la que fue a mí parecer la mejor muestra de su capacidad creativa; el álbum "Wish You Were Here", título que no deja de ser cierto para todos nosotros que crecimos con la música y el sonido de Pink Floyd y que los últimos conciertos de David Gilmour (ex-guitarrista y cantante de Pink Floyd) nos habían entusiasmado al ver a este dúo juntos, tocando y grabando, abriendo la ventana a una eventual reunión de los Floyd... Eso ya no podrá ocurrir, y Richard Wright ahora está en otra parte, fuera de este mundo, quizás en el "Lado Oscuro de la Luna".

Por ahora nos queda su música, su mirada profunda y reflexiva, y esa línea de la canción "Summer of '68" que no deja de sonar en mi mente: "Goodbye to you..."




jueves, julio 24, 2008

El reencuentro



Luego de algunos días, o semanas, y en una de esas, meses o años, nos volvemos a ver, y qué gusto da cuando esa visita es una sorpresa; cuando de pronto nos topamos con la cara conocida del otro, y después del abrazo efusivo, nos ponemos al día, contándonos qué ha sido de la vida en este tiempo, de la casa, el trabajo, los panoramas y viajes, las vacaciones, los contratiempos y anécdotas, y sentimos como que el tiempo no hubiese pasado, y si nos vimos nada más que ayer! Y sin embargo, la amistad sigue allí, viva, celebrando el estar juntos, con los vasos en alto, en compañía de una buena canción, deliciosa comida y el calor de una conversación animada... Y para atesorar, las fotos... de esas que hacen que cambiemos cada vez que las vemos; con una sonrisa siempre nueva. ¡Hasta pronto!

viernes, mayo 30, 2008

Amigos (Parte II)



Gracias al desarrollo de la tecnología en las comunicaciones e informática, es posible estar en contacto con personas distanciadas por ciudades, países, meses, años, y las listas de amigos en los contactos del teléfono celular, agenda, sitios virtuales, crece y crece; a modo de colección de personas que a lo mejor sólo se conocen de saludos y salidas, o que quizás fueron buenos amigos en el pasado, alguna vez, pero el tiempo se encargó de separar sus caminos. Francamente, yo veo la situación de un amigo o una amiga de otra forma. El amigo es como un hermano, un padre, un hijo que no ha nacido en la misma familia, pero que se puede contar como si tuviese algún lazo sanguíneo, fraterno, franco, verdadero, que está allí, como se dice, en las buenas y en las malas, y quizás con especiala poyo en los momentos difíciles; porque cuando las cosas van bien, entre risas y buena onda, no nos cuesta vernos rodeados de gente pasando un buen rato con nosotros, pero la vida va y viene, y entre sus múltiples altibajos, nos vemosen una derrota, una pelea, una discusión, una pena, una rabia, una espina clavada, y vemos que entre la listade los contactos de amistades podemos contar con algunas personas... Esas personas que han vivido a nuestro lado momentos importantes, vergonzosos, divertidos, tontos, asombrosos, trascendentes, de confesiones y secretos, de escuchar y hablar; esas personas que conocen de sobra nuestros gestos, que saben de nuestras broncas y mañas, que se mofan sin mala intención de nuestros defectos, que hasta podrían apostar cómo reaccionaríamos en una situación en particular, que se alegran de que estemos alegres, porque son parte de nuestras vidas y nosotros de las suyas. Pero se suele usar esta palabra en un sentido amplio, poco preciso, en donde hay lugar para un "conocido", "conocido simpático", "pretendiente", "compañero de aventuras eróticas", "colega al que puedo usar para sacar provecho o pedir favores", "rival", "acompañante"... Afortunadamente, para disipar dudas, podemos atenernos a la palabra en sí, amigo... del latín “amicus”, y anteriormente, “anima custos”, o sea, aquel que vela, que cuida el alma del otro. Espero que para las personas que me conocen bien yo sea un acérrimo y leal cuidador, y agradezco la fidelidad, la constancia, la entereza de mis propios cuidadores; y vayan esos mismos sentimientos para los lectores y sus amigos.

jueves, mayo 29, 2008

Amigos (Parte I)

"Han pasado algunas semanas desde que conozco a esa persona, y lo que siento hacia ella es muy fuerte, tanto que las palabras quedan como intrusas para poder describirlo. He notado que hay cierta química, intercambiamos miradas cuidadosamente casuales, diálogos ligeros, pero ya me estoy cansando de este juego... de pretender que somos amigos, cuando en realidad no es amistad exactamente lo que quiero... pero, ¿hasta cuándo será bueno seguir con esto y cuándo ir más allá? Claro a ella le gusta el juego, se siente interesante, sabe de mis intenciones por más que he tratado de vestirlas de amistad, pero no va a dar su brazo a torcer... porque después de todo este juego es como una competencia romántica, un encuentro de coqueteos, de vaivén senti-mental...¿Por qué llamar amistad a algo que, quizás, sólo se siente en forma unilateral? en una de esas, la otra persona tampoco quiere ser mi amiga... entonces, esta amistad es más bien un terreno neutral provisorio desde el cual mover las piezas, ¿o acaso llamamos a este tipo de relación, en continuo potencial de llegar a algo diferente, amistad porque no hay otra palabra por mientras? amigos ... ¿por mientras? tampoco se trata de un amigo instantáneo, de esos que se hacen al son de una cervecita o una buena piscola, y que después se cambian por otros amigos de ocasión, al por mayor, de remate... no... esto es diferente... en realidad, diferente a lo que quiero... pero paso a paso... por ahora, soy un amigo de reserva, de esos que están allí para cuando la otra persona decida no prestarle atención a ESE otro... "

sábado, mayo 24, 2008

Un respiro profundo

Es otoño y hace frío afuera, y acá adentro también, bien adentro, desde donde escribo estas líneas; aquí, donde no alcanza el abrigo de un fuego lento y seguro; ahí donde siento un dolor obeso abriéndose paso, botando los recuerdos, castigando la mirada, avergonzando la voz, fatigando el pecho. Ese dolor espeso, que nace de una alegría que pudo ser y no fue; que fluye del espejismo de una sonrisa que se quedó en el ensayo, en el bosquejo fallido.

Sé que no falta mucho para el lluvioso invierno, pero me pregunto... ¿cuándo vendrá la primavera?

jueves, abril 17, 2008

¡¡Vacaciones!!




Qué bien suena esa palabra para mí... Y es que desden hace varias semanas que vengo esperando esta instancia, de días libres, lejos de la pega y ese ambiente que mentalmente me fatiga y corroe... y no deja de ser especial el hecho de que son mis primeras vacaciones pagadas.
Atrás quedaron esos años en que el verano era sinónimo de vacaciones, sol, lago y playa, y todo eso, y este verano no ocurrió así, por la sencilla razón de que todavía no podía salir de vacaciones... eso hasta ahora, 17 de abril, en que comienzan mis primeros días libres a sueldo, tiempo para compartir con la familia y los amigos, y reencontrarme con Viña del Mar, y en dos semanas más, con Concepción.
No sé si antes había tenido tanta necesidad de vacaciones como ahora, y es que me han pasado a cuenta estos meses de vivir en pensión (sobretodo en Puerto Varas), de clima cambiante e inmaduro, de ambiente encerrado y difícil en el trabajo, de estar solo, en fin; y anhelaba un break, una pausa prolongada para cargar las pilas y aprovechar de hacer cosas diferentes, retomar contactos, caminar, recorrer lugares, salir, etc. En fin, algo así como nacer nuevamente.

Honestamente, no sé si existe eso de la felicidad completa... pero creo que es bastante parecido a lo que siento en estos momentos en que escribo...

Saludos y gracias por venir!!

sábado, marzo 29, 2008

A propósito del Día del Joven Combatiente...

El revolucionario, el contestatario, como le gustaba hacerse llamar, está a punto de terminar con todas sus luchas, todos los combates que ha encabezado en el nombre de la justicia y los derechos del pueblo. Esta es la última lucha. Queda poco. La senda ha sido larga y compleja, pero ya se vislumbra el nuevo horizonte para él y los suyos. Libertad y justicia sin distinción... Y si la batalla termina, ¿ahora qué?. ¿No más paros, huelgas ni protestas? ¿Establecerse, sentar cabeza, acomodarse sin contestar, sin reclamar? ¿Ser mayoría, no minoría?
No. El revolucionario no termina la lucha, y se va, para volver a pelear más tarde, y más tarde también, mientras haya que pelear... porque hay que pelear.

domingo, marzo 02, 2008

Un nuevo espacio

Una nueva morada. Eso es lo que tengo, lo que vivo desde ayer en la tarde, cuando me cambié de vivienda; de una pieza al interior de un hospedaje, a una cabaña independiente, para mí solo, y ello me hacía una falta enorme. Y es que más allá de estar viviendo en otro lugar, lo que me da energía, me anima, me motiva, es el hecho de poder tener un espacio propio, al cual llegar después de una jornada de trabajo (que generalmente me dejan muy cansado, mentalmente hablando...), y si no tienes ganas de hacer nada más que tenderte en la cama y escuchar algo de música sin que nadie te moleste, lo haces!!! O lo mismo si a mitad de la noche te baja el hambre, vas y buscas algo del refrigerador, o prendes la tele, el fin de semana te levantas más tarde, y puedes estar en pijamas todo el día; o hacer una tarde de películas y lectura, o concentrarte y retirarte un poco buscando la serenidad necesaria para escribir unas buenas líneas; invitar a tus amigos a comer algo, en fin, tantas cosas que muchos de ustedes, a lo mejor, dan por sentado, pero cuando uno comparte espacio con personas más o menos conocidas (no estoy hablando de familia ni amigos) forzosamente quedan de lado.

No puedo; sin embargo, dejar de reconocer los beneficios de haber vivido 6 meses en una pensión; como haber ahorrado dinero suficiente para permitirme viajes a Viña del Mar y Concepción, comprar ropa de ocasión, renovar la música (CD's, radio, audífonos...), un flamante Laptop (o mal llamado Notebook), regalos, adquirir nuevas herramientas para enfrentar situaciones adversas, etc. Pero ello estuvo bien por un tiempo, y francamente me harté de esa vida en comunión.


Y es que en esto del o los espacios compatidos o propios, me viene a la mente una frase acerca de vivir de verdad, y uno vive en plenitud cuando habita realmente lo que hace... Ahora quiero estar así por más tiempo.

Y como dice un franco amigo por ahí... Gracias por venir.

jueves, febrero 14, 2008

La Despedida

Llega el momento del adiós, de estrechar la mano, dar un beso, un abrazo, hacer un gesto, y hasta guiñar un ojo o voltear la cara sin mirar atrás, mientras las personas se van separando, siguiendo cada una su propio tiempo y distancia. Es la despedida y el hasta luego, pronto, siempre o nunca.
Pero supongamos que antes de todo esto vinieron las palabras finales, habladas o escritas, las contenidas, las calladas por temor, vergüenza, prudencia o conveniencia, y ante la inminente posibilidad de no comunicar lo guardado, se pronuncian a la persona, como un desahogo, abandonando la divagación mental de si será correcto o no hacerlo. Hay que aprovechar la ocasión.
Así, el funcionario que renuncia y el día de su partida le dice muchas cosas que su jefe jamás había escuchado; la futura novia que deja a su enamorado un papel en el bolsillo para que él la llame poco después; el paciente que minutos antes de terminar la consulta le confiesa un problema embarazoso al doctor; la madre que hace las paces con el hijo, sabiendo que se le acaba el tiempo de vivir en casa; así se hace uso del tiempo que queda antes de que el otro sea un recuerdo visual, para no tener ese arrepentimiento de no saber qué hubiera pasado si… Ahora que se dijo lo que se tenía que decir queda la espera de la respuesta, del sí, del no, del quizás, del no sé, del reencuentro o ese silencio que deja la separación definitiva.


Al momento del adiós la despedida puede tomar muchas formas, siendo las que más se recuerdan aquellas que se sabe darán paso a un buen tiempo sin verse, fotografiando mentalmente el rostro, el cuerpo, la voz del familiar, amigo o pareja. Muy distinto es tener sólo una voz al teléfono, un correo de vez en cuando, unas imágenes digitales, que tener la compañía de esa persona, aunque muchas veces no nos damos cuenta del valor de compartir, de vivir, de las situaciones y las cosas hasta que nos vemos privados de todo ello. Ojalá que no sea demasiado tarde para recuperar lo perdido, si es que no queremos perderlo para siempre.


sábado, enero 19, 2008

Requiem por la Alta Fidelidad



Hace poco leí un interesante artículo aparecido en la última edición de la revista Rolling Stone (esa que tiene a los “tatas” Led Zeppelin en portada) acerca de cómo los avances tecnológicos en la industria musical han llevado, paradójicamente, a una de las peores épocas en cuanto a calidad de sonido se refiere. Y es que desde hace algo más de una década que se viene sacrificando la pureza sonora, los matices, las texturas, colores y formas de las canciones y los discos en pro de tener más volumen, más sonido… ejem, ruido, bulla, decibeles la mayor parte del tiempo.
Pero para entender este fenómeno hay que entender el contexto, y en eso mucho tiene que decir el estilo de vida desde hace algunos años en adelante, en donde todo es rápido, vertiginoso, ir de acá para allá, poco descanso, poco tiempo para uno mismo y las personas que uno quiere, poco tiempo para realmente escuchar música. Entonces, surgieron nuevos inventos en donde la música cupo perfectamente en aparatos cómodos y transportables (porta CD, I-pod, MP3 player, etc), o bien se adaptó al auto, al trabajo, la computadora, mientras el oyente continuaba haciendo sus quehaceres, y como en casi todas las labores cotidianas se debe lidiar con gran cantidad de ruido (micros, artefactos, bocinas, voces, etc), los discos desde mediados de los noventa comenzaron a verse incrementados en volumen, en distorsión, generando un sonido más plano que antes, hablando de los rangos de frecuencias con los que los ingenieros grababan las pistas; en gran parte debido al fenómeno de la Compresión.
En la música, la compresión consiste en limitar el rango sonoro, “levantado” las señales más débiles (o de plano suprimiéndolas si son muy bajas) y “bajando” las más fuertes, creando esta especie de planicie sonora; y esto se puede evidenciar claramente en los discos desde los noventa en adelante. Es cosa de escuchar What’s The Story… (Oasis), Hybrid Theory (Linkin Park), St. Anger (Metallica), Chinese Democracy (Guns N’ Roses), Medulla (Björk), Rockstar Supernova (idem); por citar algunos, para darse cuenta de esta saturación constante a los oídos, en donde a cada rato, casi frenéticamente, hay y hay algo sonando, y a veces cuesta distinguir entre los instrumentos, y claro, qué importa si uno está viajando o en el pub, la cosa es que suene; y si de compresión se trata, también está el fenómeno MP3, en el cual canciones son transformadas en base de datos aptos para lectura en el computador y otros dispositivos, y mientras más comprimido esté el archivo, menos pesa, y por ende, mayor capacidad para ser almacenados en CD’s, I-pod, etc.
Y pese a los avances tecnológicos, hoy siguen sorprendiendo gratamente los sonidos de antaño, de aquellos discos y canciones que tenían esa calidez, ese toque, esa sensibilidad y emotividad de músicos que trabajaban con instrumentos y equipos que hoy parecen pasados de moda, pero que; sin embargo, dieron y dan los mejores sonidos de todos los tiempos. Por ello seguimos escuchando “Time” (Pink Floyd), “Englishman In New York” (Sting), “Hotel California” (Eagles), “Private Investigations” (Dire Straits), “Stairway To Heaven” (Led Zeppelin), “Bohemian Rapsody” (Queen), “And You And I” (Yes), “Suite: Clouds, Rain” (David Gates) o “Enjoy The Silence” (Depeche Mode).


De todo esto se puede concluir algo muy atingente; la tecnología, por mucho que se desarrolle, no puede y nunca va a reemplazar al esfuerzo, al trabajo hecho con dedicación, al sonido logrado, detallado, captado en su preciso instante, en ese en que los músicos dieron lo mejor de sí para crear música para durar… para escuchar.

sábado, enero 12, 2008

Los turistas

Caminamos todo el día por lugares que parecían darnos la bienvenida con cada paso, mirada o fotografía que grabamos en sus espacios, y recorrimos buses, restaurantes y tiendas alegrándonos de ser turistas, porque un turista, en el sentido más privado de la palabra, es alguien que está de paso, que está y luego se va, sin comprometerse demasiado con el lugar, las personas que allí viven, ya que se debe continuar explorando y recorriendo otras partes.
Luego de nuestro paseo volvimos a nuestro hotel cargados de recuerdos y nuevas ropas, colmados de un satisfactorio y merecido cansancio. Y nos echamos con nuestras bolsas sobre la cama, riendo, alegres, mirándonos con juguetona complicidad, cuando en eso ella me vendó los ojos, y a lo mejor también vendó los suyos, pues la risa delataba sus actos, y dejamos que nuestras manos nos enseñaran una nueva forma de turismo.