martes, octubre 23, 2007

La guitarra

Vestida de su habitual funda de cuero, la guitarra de Antonio se erguía dolida, cansada, con la piel gastada de reuniones, cumpleaños, veladas románticas y ensayos. Le dolía el cuello y todo su cuerpo, por eso no cantaba más que suavemente, como quejándose de a poco. El joven había crecido con ella, aprendido a tocar, sentir, ver, con sus manos y esos dedos que bailaban armonía en sus cuerdas.
Luego de una serena conversación en forma de Preludio, decidió ayudar a su guitarra con una visita a un especialista, que la pondría en forma y la entrenaría para actuar frente al público siempre cambiante, de ese que no paga a la entrada, sino a la salida, con palmas y aplausos.
Tras unas semanas de reparaciones y arreglos en el taller de un reputado Luthier, la guitarra estaba de vuelta, vestida de juventud, engalanada con barniz, esculpida con ropas de ocasión.
Antonio la arrulló en su cuerpo, tocándola con suavidad, con energía, con ímpetu, mas la guitarra no respondía de la misma manera. Parecían haber sido en vano los días entre tallados, respuestos, brochas y retoques. Era extraño. El Luthier era lejos el más reconocido y célebre entre los músicos, y sin embargo, la guitarra seguía dolida, distante y cansada. Cuando el guitarrista se disponía a abrigar a su amiga con la funda, se dio cuenta de algo, de muchas cosas, y tomó nuevamente a su guitarra, aferrándola a su pecho, haciendo que ésta sonara un poco mejor,más aliviada. Nada habló con ella, pero entre ojos cerrados y dedos enamorados, le dijo: "Paciencia amiga... disculpa las molestias, pero ahora soy yo el que estoy en reparaciones"

sábado, octubre 13, 2007

El mejor 12 de octubre de mi vida

Hasta ahora nunca había hecho uso de este espacio para relatar vivencias e historias personales, pero quiero inaugurar esa forma de publicaciones para comentar lo que viví este viernes 12, cuando llegué a Viña del Mar después de 3 meses fuera de esta ciudad.



Ganas y ansias no me faltaban por estar de vuelta en mi casa, junto a mi familia, a mis amigos, recorriendo las calles viñamarinas, y luego de un placentero viaje en "Cama Suite" del Bus Norte (se los recomiendo!!!), tras 14 horas y media de trayecto, llegué a eso de las 10 de la mañana al terminal, y de puro gusto me fui caminando hasta mi casa, con un bonito día de sol recibiendo mis pasos, hasta que toqué el timbre y sí!! De vuelta en casa!!
Pasa muy a menudo que cuando uno convive día a día con algo, no se da cuenta en demasía de los cambios, y con la distancia y el tiempo es posible apreciarlos, y así me ocurrió con la casa, con nuevas manos de pintura y arreglos. Allí estaba mi hermano, la señora Carmen y los maestros pintando la fachada.
Luego de una reconfortante ducha, un buen almuerzo, conversaciones algo atolondradas de tanto que había por contar, me fui al centro, a comprar unas cosas y reservar una mesa en un local para el partido del sábado, de Argentina-Chile (no vale la pena hacer comentarios de ese encuentro...); y luego volví a casa, a prepararme para el motivo de fondo de mi viaje: La Ceremonia de Titulación. Con la ayuda y buen gusto de mi mamá, Ponky y Carmen, escogí el terno para ocasión, mientras en mi mente se agolpaban tantos recuerdos y vivencias, abriendo los regalos que me tenían preparados.
Y ya cerca de las 6 de la tarde partimos a la Universidad Andrés Bello, en la nueva sede de 7 norte, y allí fui el primero en llegar de todos los que nos titulábamos. Poco a poco fueron apareciendo las caras conocidas de los ex-compañeros y compañeras, ahora colegas todos, muchos de nosotros sin habernos visto desde el año pasado, y una vez que nos juntamos varios, fuimos derivados a una sala detrás del Salón de Honor.

La nerviosa espera nos hacía sentir inquietos, casi forzándonos a romper el protolo a cada rato, asomándonos detrás del escenario para ver a los familiares y amigos; arreglándonos la vestimenta, la beca y charlando amenamente, descubriendo y enterándonos de lo que había pasado en la vida del otro. Y entre salida y mirada, puede ver a mi madre y la señora Carmen cómodamente sentadas, y luego a mi hermano y mi papá, que llegaron un poco más tarde, y mi viejo me regaló una flamante cámara digital, la cual sería utilizada de inmediato en la Ceremonia que comenzaría cerca de las 19.15 horas, previa presentación oficial.
Hicimos ingreso a la sala formados en fila, yo al último, y luego de una brillante ejecución del Himno Nacional por un cuarteto femenino de cuerdas, vinieron las palabras y discursos. Fueron dos, para ser exactos, y posteriormente vino el momento esperado. El momento en que más de alguna vez temí que no llegase... La entrega del Diploma, la culminación de todos los años universitarios, ¡El cartón!.
Uno a uno fueron subiendo mis compañeros, hasta que me tocó mi turno, al final, y mientras caminaba a saludar al jefe de carrera (Rodrigo Pinochet), escuché el entusiasta apoyo de mis invitados: Mamá, papá, Ponky y señora "caramelo". Francamente, no pensé nada en especial en ese momento, simplemente traté de vivirlo al máximo, y el abrazo y el apretón de manos con Rodrigo fue muy emotivo. Le dí las gracias por haber creído en mí y haberme dado la oportunidad de seguir mis estudios en la Andrés Bello (tras el duro final en la UCV), y me sentí inmensamente contento, feliz, principalmente por mi familia y amigos que siempre estuvieron allí.


La jornada siguió con un par de piezas musicales del cuarteto, el memorable discurso de Oscar Vargas y luego el de Rodrigo, quien no pudo leer lo que había escrito, debido a la fuerte emoción que lo embargaba. La Ceremonia finalizó con un breve juramento (que realizamos en conjunto), y luego fue el tiempo del coctail, del brindis, de las felicitaciones, y por supuesto, más y más fotos!
Para mí fue una velada cargada de sentimientos, gratitud, alegría, reconocimientos, y así, tantos que dan para escribir y escribir líneas en este blog.
Volvimos a casa, y luego de la despedida de mi papá y la señora Carmen, con Ponky fuimos a seguir celebrando en un cumpleaños en donde se juntaron muchos motivos para festejar hasta pasada la medianoche.
Hasta antes de este 12 de ocubre, para mí sólo era un día feriado, en donde se conmemoraba el Día de la Raza. Ahora es un día feriado en mi calendario de memorias; el día de la Ceremonia de mi Titulación de Kinesiólogo.