-¡Aquí estoy! ¡Llévenme a su casa! ¡Cómprenme!-
En vano grita en silencio la escultura más hermosa, la más singular de entre todas, La escultura del Museo de Arte, que por su fama y renombre se ecuentra aislada tras paredes de robusto vidrio, manteniendo algunos metros de distancia con los visitantes.
En vano grita. Nadie puede escucharla, ya que la distancia es una medida impuesta por el Museo y los que saben de Arte, que nos cuentan que para poder apreciar este trabajo debemos guardar varios pasos. Si nos acercamos mucho se pierde la perspectiva, la pieza cambia, se ven otras cosas, y de acuerdo a su parecer, prácticamente se extravía la hermosura, la maravilla de la misma obra apreciada como se debe.
Y grita y llora en silencio, porque nadie, absolutamente nadie sabe apreciarla de cerca, íntima, próxima, para conocerla tal cual ella es. La gente la admira de lejos, lejana, a donde no llega el abrazo.
1 comentario:
Que hermosas e inteligentes tus historias hermanito.
Un abrazo graaaaaaaaaaaaaaaaaaaande
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