El Ahogo vivía en esa región, región que todos los del norte soleado querían evitar visitar. Andaba acompañado de sus amigas Tristeza y Angustia, y no sabía que hacer: - Lo mío siempre daña a otros, mi esencia es sofocar, robar el aire, asfixiar los sueños... me gustaría poder salir de este designio fatal ... - Tristeza sólo cerraba los ojos y agachaba sus ideas, mientras que Angustia pensaba sudorosamente como ayudar al Ahogo.
Un día Angustia tuvo una idea. Se disfrazó con la ayuda de las máscaras y ropas de Mentira y fue al norte, donde brillaba el sol. Recorrió paisajes en los que la Alegría construía sin cesar, Felicidad abrazaba a todos a su paso, hasta que se econtró con Sabiduría y ésta extendió sus manos para tocarla. Tal era el disfraz que Mentira había fabricado, que aun ella no pudo reconocer lo que había tras las ropas. Angustia, ahora maquillada como Esperanza, pidió consejos para enviar a alguien del sur hablar con el Supremo, el Destino que gobernaba a todos en el país, pese a nunca haber sido elegido. Sabiduría se quedó pensando, nunca antes alguien había querido enfrentar en una conversación al Destino, pero accedió a conseguir una cita con el Gobernante.
Volvió Angustia apresurada en sus imágenes mentales a su región nocturna y le contó a Ahogo su experiencia. Ahogo se sintió abismado y desconcertado por el hecho de que iba a ser el primero en hablar con Destino en años, pero aceptó el encuentro.
Ahora fue el Engaño quien vistió con sus mejores trucos al nervioso Ahogo para poder entrar al Norte siempre luminoso, y en la cumbre del Palacio Imperial tocó las puertas casi perernemente cerradas. Allí vió por primera vez la cara del Destino, pero no era lo que había pensado, y su pavor fue tal que no pudo creer su mirar... ¡¡¡Destino tenía el rostro del Ahogo!!!!
Luego de un extraño silencio, el Ahogo habló como si estuviese frente a un espejo. -Toda mi vida he querido amar a alguien, pero no he podido, mi hermano Miedo no me ha dejado nunca -. El Destino con su boata pomposidad contestó: - Esa es tu escencia, debes aceptarla tal como es -. El abismado Ahogo ya no podía contener las palabras, pero se las estaba tragando mansamente, hasta que decidió romper con su pasado de frialdad al contacto y abrazó fuertemente a su Monarca. Éste comenzó a palidecer y lentamente cayó en un sueño del que no volvió a ver la realidad. En ese momento hubo una confusión total en las regiones del país, y muchos huyeron a otras partes nunca antes visitadas, hasta que hubo la primera noche en la región meridional y se asomaron los primeros indicios de sol en el sur.
Fue entonces que Sabiduría tomó el poder democráticamente y ahora los sentimientos que antes vivían separados por el muro de la dicotomía, se encontraban juntos, con espacio suficiente para crecer y ayudarse, y a los que antes les fue negada la noche pudieron ver por primera ver el esplendor de la luna y los ojos brillantes del cielo vestido de como de gala; y los que nunca habían podido sentir el calor de sol, disfrutaron con el celeste armonioso del cielo, y vieron que éste podía tener más de un color a medida que el sol dejaba que la luna viajara nuevamente al sur.
Fue así que los sentimientos, emociones, y sensaciones pudieron pasar por las estaciones de los días y horas. Aprendieron a convivir juntos.