sábado, agosto 11, 2007

Honestamente...

Todo es un juego. Una estrategia de dar y ceder, de saber mover las piezas en el trablero y de jugar las cartas cuando la ocasión así lo requiere. Así lo entiende Carolina, una mujer que de unas cuantas noches a unas pocas mañanas se convirtió en un verdadero símbolo de la mujer que no teme decir y hacer lo que piensa, símbolo de sinceridad radical y opiniones que golpean la cara del adversario. Y como ella sabe que todo esto es un juego, que le brinda popularidad y dinero, que la mantiene en la mira de las conversaciones en la pantalla, no pretende cambiar de personaje ni quiere asumir otra careta. Mucho tiempo pasó buscando y forjándose una que no le apretara la nariz y que le dejara ver sin trabas, hasta que dio con la máscara perfecta; la de una persona sin pelos en la lengua. Sucedió que una noche, luego de una extenuante jornada de entrevistas y discusiones en vivo, se acostó temprano, para seguir soñando su vida, esta vez, durmiendo. Y en el hondo sueño la visitó una extraña imagen, de ella misma, más joven y discreta, como antes, y esa imagen le dijo a Carolina: - "Por favor, ¿podrías decirme quién está soñando ahora?". En ese momento, en ese mismo momento, Carolina despertó súbitamente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿cómo lo haces hermanito para escribir con tanto desborde de genialidad y creatividad?

Te felicito !!!!

Felipe Alonso dijo...

Gracias hermano!!
Mira, este cuento fue inspirado por todo ese mundo de la farándula y personajes de la televisión que ganan plata comentando, opinando, y mientras más agresivos, más audaces y más incisivos sean, mejor, porque hay más rating, más público y la fama aumenta, y los bonos también... No importando destruir al otro, total, el prójimo se convierte en "otro ladrillo en la pared".

Pero claro, a la hora de estar solo, sin nadie más presente, esa persona ¿seguirá siendo el personaje que inventó? ¿Quién es en realidad?

Saludos Ponky!!!!!!!!!!

Andy dijo...

Yo creo que todos en alguna circunstancia especial nos ponemos una máscara... una entrevista de trabajo, donde intentamos ocultar nuestro nerviosismo y vernos seguros; la enfermedad de alguien cercano, cuando debemos ser fuertes para apoyarlo; etc. Lo importante, eso sí, es saber que son sólo eso: máscaras. Y saber quitárselas, porque lo que eres es lo que está debajo de ella, por muy atractiva que parezca.

Anónimo dijo...

Ahora más que nunca, a veces creo que las cosas están como pre-planeadas o algo así, y llegan de pronto, cambiándonos el sentido de ver las cosas y cambiándonos un poquito a nosotros mismos.

Tú sabes a lo que me refiero

Un abrazo, te quiero mucho !!!