Gracias al desarrollo de la tecnología en las comunicaciones e informática, es posible estar en contacto con personas distanciadas por ciudades, países, meses, años, y las listas de amigos en los contactos del teléfono celular, agenda, sitios virtuales, crece y crece; a modo de colección de personas que a lo mejor sólo se conocen de saludos y salidas, o que quizás fueron buenos amigos en el pasado, alguna vez, pero el tiempo se encargó de separar sus caminos. Francamente, yo veo la situación de un amigo o una amiga de otra forma. El amigo es como un hermano, un padre, un hijo que no ha nacido en la misma familia, pero que se puede contar como si tuviese algún lazo sanguíneo, fraterno, franco, verdadero, que está allí, como se dice, en las buenas y en las malas, y quizás con especiala poyo en los momentos difíciles; porque cuando las cosas van bien, entre risas y buena onda, no nos cuesta vernos rodeados de gente pasando un buen rato con nosotros, pero la vida va y viene, y entre sus múltiples altibajos, nos vemosen una derrota, una pelea, una discusión, una pena, una rabia, una espina clavada, y vemos que entre la listade los contactos de amistades podemos contar con algunas personas... Esas personas que han vivido a nuestro lado momentos importantes, vergonzosos, divertidos, tontos, asombrosos, trascendentes, de confesiones y secretos, de escuchar y hablar; esas personas que conocen de sobra nuestros gestos, que saben de nuestras broncas y mañas, que se mofan sin mala intención de nuestros defectos, que hasta podrían apostar cómo reaccionaríamos en una situación en particular, que se alegran de que estemos alegres, porque son parte de nuestras vidas y nosotros de las suyas. Pero se suele usar esta palabra en un sentido amplio, poco preciso, en donde hay lugar para un "conocido", "conocido simpático", "pretendiente", "compañero de aventuras eróticas", "colega al que puedo usar para sacar provecho o pedir favores", "rival", "acompañante"... Afortunadamente, para disipar dudas, podemos atenernos a la palabra en sí, amigo... del latín “amicus”, y anteriormente, “anima custos”, o sea, aquel que vela, que cuida el alma del otro. Espero que para las personas que me conocen bien yo sea un acérrimo y leal cuidador, y agradezco la fidelidad, la constancia, la entereza de mis propios cuidadores; y vayan esos mismos sentimientos para los lectores y sus amigos.
viernes, mayo 30, 2008
Amigos (Parte II)
Gracias al desarrollo de la tecnología en las comunicaciones e informática, es posible estar en contacto con personas distanciadas por ciudades, países, meses, años, y las listas de amigos en los contactos del teléfono celular, agenda, sitios virtuales, crece y crece; a modo de colección de personas que a lo mejor sólo se conocen de saludos y salidas, o que quizás fueron buenos amigos en el pasado, alguna vez, pero el tiempo se encargó de separar sus caminos. Francamente, yo veo la situación de un amigo o una amiga de otra forma. El amigo es como un hermano, un padre, un hijo que no ha nacido en la misma familia, pero que se puede contar como si tuviese algún lazo sanguíneo, fraterno, franco, verdadero, que está allí, como se dice, en las buenas y en las malas, y quizás con especiala poyo en los momentos difíciles; porque cuando las cosas van bien, entre risas y buena onda, no nos cuesta vernos rodeados de gente pasando un buen rato con nosotros, pero la vida va y viene, y entre sus múltiples altibajos, nos vemosen una derrota, una pelea, una discusión, una pena, una rabia, una espina clavada, y vemos que entre la listade los contactos de amistades podemos contar con algunas personas... Esas personas que han vivido a nuestro lado momentos importantes, vergonzosos, divertidos, tontos, asombrosos, trascendentes, de confesiones y secretos, de escuchar y hablar; esas personas que conocen de sobra nuestros gestos, que saben de nuestras broncas y mañas, que se mofan sin mala intención de nuestros defectos, que hasta podrían apostar cómo reaccionaríamos en una situación en particular, que se alegran de que estemos alegres, porque son parte de nuestras vidas y nosotros de las suyas. Pero se suele usar esta palabra en un sentido amplio, poco preciso, en donde hay lugar para un "conocido", "conocido simpático", "pretendiente", "compañero de aventuras eróticas", "colega al que puedo usar para sacar provecho o pedir favores", "rival", "acompañante"... Afortunadamente, para disipar dudas, podemos atenernos a la palabra en sí, amigo... del latín “amicus”, y anteriormente, “anima custos”, o sea, aquel que vela, que cuida el alma del otro. Espero que para las personas que me conocen bien yo sea un acérrimo y leal cuidador, y agradezco la fidelidad, la constancia, la entereza de mis propios cuidadores; y vayan esos mismos sentimientos para los lectores y sus amigos.
jueves, mayo 29, 2008
Amigos (Parte I)
"Han pasado algunas semanas desde que conozco a esa persona, y lo que siento hacia ella es muy fuerte, tanto que las palabras quedan como intrusas para poder describirlo. He notado que hay cierta química, intercambiamos miradas cuidadosamente casuales, diálogos ligeros, pero ya me estoy cansando de este juego... de pretender que somos amigos, cuando en realidad no es amistad exactamente lo que quiero... pero, ¿hasta cuándo será bueno seguir con esto y cuándo ir más allá? Claro a ella le gusta el juego, se siente interesante, sabe de mis intenciones por más que he tratado de vestirlas de amistad, pero no va a dar su brazo a torcer... porque después de todo este juego es como una competencia romántica, un encuentro de coqueteos, de vaivén senti-mental...¿Por qué llamar amistad a algo que, quizás, sólo se siente en forma unilateral? en una de esas, la otra persona tampoco quiere ser mi amiga... entonces, esta amistad es más bien un terreno neutral provisorio desde el cual mover las piezas, ¿o acaso llamamos a este tipo de relación, en continuo potencial de llegar a algo diferente, amistad porque no hay otra palabra por mientras? amigos ... ¿por mientras? tampoco se trata de un amigo instantáneo, de esos que se hacen al son de una cervecita o una buena piscola, y que después se cambian por otros amigos de ocasión, al por mayor, de remate... no... esto es diferente... en realidad, diferente a lo que quiero... pero paso a paso... por ahora, soy un amigo de reserva, de esos que están allí para cuando la otra persona decida no prestarle atención a ESE otro... "
sábado, mayo 24, 2008
Un respiro profundo
Es otoño y hace frío afuera, y acá adentro también, bien adentro, desde donde escribo estas líneas; aquí, donde no alcanza el abrigo de un fuego lento y seguro; ahí donde siento un dolor obeso abriéndose paso, botando los recuerdos, castigando la mirada, avergonzando la voz, fatigando el pecho. Ese dolor espeso, que nace de una alegría que pudo ser y no fue; que fluye del espejismo de una sonrisa que se quedó en el ensayo, en el bosquejo fallido.
Sé que no falta mucho para el lluvioso invierno, pero me pregunto... ¿cuándo vendrá la primavera?
Sé que no falta mucho para el lluvioso invierno, pero me pregunto... ¿cuándo vendrá la primavera?
jueves, abril 17, 2008
¡¡Vacaciones!!
Qué bien suena esa palabra para mí... Y es que desden hace varias semanas que vengo esperando esta instancia, de días libres, lejos de la pega y ese ambiente que mentalmente me fatiga y corroe... y no deja de ser especial el hecho de que son mis primeras vacaciones pagadas.
Atrás quedaron esos años en que el verano era sinónimo de vacaciones, sol, lago y playa, y todo eso, y este verano no ocurrió así, por la sencilla razón de que todavía no podía salir de vacaciones... eso hasta ahora, 17 de abril, en que comienzan mis primeros días libres a sueldo, tiempo para compartir con la familia y los amigos, y reencontrarme con Viña del Mar, y en dos semanas más, con Concepción.
No sé si antes había tenido tanta necesidad de vacaciones como ahora, y es que me han pasado a cuenta estos meses de vivir en pensión (sobretodo en Puerto Varas), de clima cambiante e inmaduro, de ambiente encerrado y difícil en el trabajo, de estar solo, en fin; y anhelaba un break, una pausa prolongada para cargar las pilas y aprovechar de hacer cosas diferentes, retomar contactos, caminar, recorrer lugares, salir, etc. En fin, algo así como nacer nuevamente.
Honestamente, no sé si existe eso de la felicidad completa... pero creo que es bastante parecido a lo que siento en estos momentos en que escribo...
Saludos y gracias por venir!!
sábado, marzo 29, 2008
A propósito del Día del Joven Combatiente...
El revolucionario, el contestatario, como le gustaba hacerse llamar, está a punto de terminar con todas sus luchas, todos los combates que ha encabezado en el nombre de la justicia y los derechos del pueblo. Esta es la última lucha. Queda poco. La senda ha sido larga y compleja, pero ya se vislumbra el nuevo horizonte para él y los suyos. Libertad y justicia sin distinción... Y si la batalla termina, ¿ahora qué?. ¿No más paros, huelgas ni protestas? ¿Establecerse, sentar cabeza, acomodarse sin contestar, sin reclamar? ¿Ser mayoría, no minoría?
domingo, marzo 02, 2008
Un nuevo espacio
Una nueva morada. Eso es lo que tengo, lo que vivo desde ayer en la tarde, cuando me cambié de vivienda; de una pieza al interior de un hospedaje, a una cabaña independiente, para mí solo, y ello me hacía una falta enorme. Y es que más allá de estar viviendo en otro lugar, lo que me da energía, me anima, me motiva, es el hecho de poder tener un espacio propio, al cual llegar después de una jornada de trabajo (que generalmente me dejan muy cansado, mentalmente hablando...), y si no tienes ganas de hacer nada más que tenderte en la cama y escuchar algo de música sin que nadie te moleste, lo haces!!! O lo mismo si a mitad de la noche te baja el hambre, vas y buscas algo del refrigerador, o prendes la tele, el fin de semana te levantas más tarde, y puedes estar en pijamas todo el día; o hacer una tarde de películas y lectura, o concentrarte y retirarte un poco buscando la serenidad necesaria para escribir unas buenas líneas; invitar a tus amigos a comer algo, en fin, tantas cosas que muchos de ustedes, a lo mejor, dan por sentado, pero cuando uno comparte espacio con personas más o menos conocidas (no estoy hablando de familia ni amigos) forzosamente quedan de lado.
No puedo; sin embargo, dejar de reconocer los beneficios de haber vivido 6 meses en una pensión; como haber ahorrado dinero suficiente para permitirme viajes a Viña del Mar y Concepción, comprar ropa de ocasión, renovar la música (CD's, radio, audífonos...), un flamante Laptop (o mal llamado Notebook), regalos, adquirir nuevas herramientas para enfrentar situaciones adversas, etc. Pero ello estuvo bien por un tiempo, y francamente me harté de esa vida en comunión.
Y es que en esto del o los espacios compatidos o propios, me viene a la mente una frase acerca de vivir de verdad, y uno vive en plenitud cuando habita realmente lo que hace... Ahora quiero estar así por más tiempo.
Y como dice un franco amigo por ahí... Gracias por venir.
No puedo; sin embargo, dejar de reconocer los beneficios de haber vivido 6 meses en una pensión; como haber ahorrado dinero suficiente para permitirme viajes a Viña del Mar y Concepción, comprar ropa de ocasión, renovar la música (CD's, radio, audífonos...), un flamante Laptop (o mal llamado Notebook), regalos, adquirir nuevas herramientas para enfrentar situaciones adversas, etc. Pero ello estuvo bien por un tiempo, y francamente me harté de esa vida en comunión.
Y es que en esto del o los espacios compatidos o propios, me viene a la mente una frase acerca de vivir de verdad, y uno vive en plenitud cuando habita realmente lo que hace... Ahora quiero estar así por más tiempo.
Y como dice un franco amigo por ahí... Gracias por venir.
jueves, febrero 14, 2008
La Despedida
Llega el momento del adiós, de estrechar la mano, dar un beso, un abrazo, hacer un gesto, y hasta guiñar un ojo o voltear la cara sin mirar atrás, mientras las personas se van separando, siguiendo cada una su propio tiempo y distancia. Es la despedida y el hasta luego, pronto, siempre o nunca.
Pero supongamos que antes de todo esto vinieron las palabras finales, habladas o escritas, las contenidas, las calladas por temor, vergüenza, prudencia o conveniencia, y ante la inminente posibilidad de no comunicar lo guardado, se pronuncian a la persona, como un desahogo, abandonando la divagación mental de si será correcto o no hacerlo. Hay que aprovechar la ocasión.
Así, el funcionario que renuncia y el día de su partida le dice muchas cosas que su jefe jamás había escuchado; la futura novia que deja a su enamorado un papel en el bolsillo para que él la llame poco después; el paciente que minutos antes de terminar la consulta le confiesa un problema embarazoso al doctor; la madre que hace las paces con el hijo, sabiendo que se le acaba el tiempo de vivir en casa; así se hace uso del tiempo que queda antes de que el otro sea un recuerdo visual, para no tener ese arrepentimiento de no saber qué hubiera pasado si… Ahora que se dijo lo que se tenía que decir queda la espera de la respuesta, del sí, del no, del quizás, del no sé, del reencuentro o ese silencio que deja la separación definitiva.
Al momento del adiós la despedida puede tomar muchas formas, siendo las que más se recuerdan aquellas que se sabe darán paso a un buen tiempo sin verse, fotografiando mentalmente el rostro, el cuerpo, la voz del familiar, amigo o pareja. Muy distinto es tener sólo una voz al teléfono, un correo de vez en cuando, unas imágenes digitales, que tener la compañía de esa persona, aunque muchas veces no nos damos cuenta del valor de compartir, de vivir, de las situaciones y las cosas hasta que nos vemos privados de todo ello. Ojalá que no sea demasiado tarde para recuperar lo perdido, si es que no queremos perderlo para siempre.
Pero supongamos que antes de todo esto vinieron las palabras finales, habladas o escritas, las contenidas, las calladas por temor, vergüenza, prudencia o conveniencia, y ante la inminente posibilidad de no comunicar lo guardado, se pronuncian a la persona, como un desahogo, abandonando la divagación mental de si será correcto o no hacerlo. Hay que aprovechar la ocasión.
Así, el funcionario que renuncia y el día de su partida le dice muchas cosas que su jefe jamás había escuchado; la futura novia que deja a su enamorado un papel en el bolsillo para que él la llame poco después; el paciente que minutos antes de terminar la consulta le confiesa un problema embarazoso al doctor; la madre que hace las paces con el hijo, sabiendo que se le acaba el tiempo de vivir en casa; así se hace uso del tiempo que queda antes de que el otro sea un recuerdo visual, para no tener ese arrepentimiento de no saber qué hubiera pasado si… Ahora que se dijo lo que se tenía que decir queda la espera de la respuesta, del sí, del no, del quizás, del no sé, del reencuentro o ese silencio que deja la separación definitiva.
Al momento del adiós la despedida puede tomar muchas formas, siendo las que más se recuerdan aquellas que se sabe darán paso a un buen tiempo sin verse, fotografiando mentalmente el rostro, el cuerpo, la voz del familiar, amigo o pareja. Muy distinto es tener sólo una voz al teléfono, un correo de vez en cuando, unas imágenes digitales, que tener la compañía de esa persona, aunque muchas veces no nos damos cuenta del valor de compartir, de vivir, de las situaciones y las cosas hasta que nos vemos privados de todo ello. Ojalá que no sea demasiado tarde para recuperar lo perdido, si es que no queremos perderlo para siempre.
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