sábado, marzo 29, 2008
A propósito del Día del Joven Combatiente...
domingo, marzo 02, 2008
Un nuevo espacio
No puedo; sin embargo, dejar de reconocer los beneficios de haber vivido 6 meses en una pensión; como haber ahorrado dinero suficiente para permitirme viajes a Viña del Mar y Concepción, comprar ropa de ocasión, renovar la música (CD's, radio, audífonos...), un flamante Laptop (o mal llamado Notebook), regalos, adquirir nuevas herramientas para enfrentar situaciones adversas, etc. Pero ello estuvo bien por un tiempo, y francamente me harté de esa vida en comunión.
Y es que en esto del o los espacios compatidos o propios, me viene a la mente una frase acerca de vivir de verdad, y uno vive en plenitud cuando habita realmente lo que hace... Ahora quiero estar así por más tiempo.
Y como dice un franco amigo por ahí... Gracias por venir.
jueves, febrero 14, 2008
La Despedida
Pero supongamos que antes de todo esto vinieron las palabras finales, habladas o escritas, las contenidas, las calladas por temor, vergüenza, prudencia o conveniencia, y ante la inminente posibilidad de no comunicar lo guardado, se pronuncian a la persona, como un desahogo, abandonando la divagación mental de si será correcto o no hacerlo. Hay que aprovechar la ocasión.
Así, el funcionario que renuncia y el día de su partida le dice muchas cosas que su jefe jamás había escuchado; la futura novia que deja a su enamorado un papel en el bolsillo para que él la llame poco después; el paciente que minutos antes de terminar la consulta le confiesa un problema embarazoso al doctor; la madre que hace las paces con el hijo, sabiendo que se le acaba el tiempo de vivir en casa; así se hace uso del tiempo que queda antes de que el otro sea un recuerdo visual, para no tener ese arrepentimiento de no saber qué hubiera pasado si… Ahora que se dijo lo que se tenía que decir queda la espera de la respuesta, del sí, del no, del quizás, del no sé, del reencuentro o ese silencio que deja la separación definitiva.
Al momento del adiós la despedida puede tomar muchas formas, siendo las que más se recuerdan aquellas que se sabe darán paso a un buen tiempo sin verse, fotografiando mentalmente el rostro, el cuerpo, la voz del familiar, amigo o pareja. Muy distinto es tener sólo una voz al teléfono, un correo de vez en cuando, unas imágenes digitales, que tener la compañía de esa persona, aunque muchas veces no nos damos cuenta del valor de compartir, de vivir, de las situaciones y las cosas hasta que nos vemos privados de todo ello. Ojalá que no sea demasiado tarde para recuperar lo perdido, si es que no queremos perderlo para siempre.
sábado, enero 19, 2008
Requiem por la Alta Fidelidad
Hace poco leí un interesante artículo aparecido en la última edición de la revista Rolling Stone (esa que tiene a los “tatas” Led Zeppelin en portada) acerca de cómo los avances tecnológicos en la industria musical han llevado, paradójicamente, a una de las peores épocas en cuanto a calidad de sonido se refiere. Y es que desde hace algo más de una década que se viene sacrificando la pureza sonora, los matices, las texturas, colores y formas de las canciones y los discos en pro de tener más volumen, más sonido… ejem, ruido, bulla, decibeles la mayor parte del tiempo.
Pero para entender este fenómeno hay que entender el contexto, y en eso mucho tiene que decir el estilo de vida desde hace algunos años en adelante, en donde todo es rápido, vertiginoso, ir de acá para allá, poco descanso, poco tiempo para uno mismo y las personas que uno quiere, poco tiempo para realmente escuchar música. Entonces, surgieron nuevos inventos en donde la música cupo perfectamente en aparatos cómodos y transportables (porta CD, I-pod, MP3 player, etc), o bien se adaptó al auto, al trabajo, la computadora, mientras el oyente continuaba haciendo sus quehaceres, y como en casi todas las labores cotidianas se debe lidiar con gran cantidad de ruido (micros, artefactos, bocinas, voces, etc), los discos desde mediados de los noventa comenzaron a verse incrementados en volumen, en distorsión, generando un sonido más plano que antes, hablando de los rangos de frecuencias con los que los ingenieros grababan las pistas; en gran parte debido al fenómeno de la Compresión.
En la música, la compresión consiste en limitar el rango sonoro, “levantado” las señales más débiles (o de plano suprimiéndolas si son muy bajas) y “bajando” las más fuertes, creando esta especie de planicie sonora; y esto se puede evidenciar claramente en los discos desde los noventa en adelante. Es cosa de escuchar What’s The Story… (Oasis), Hybrid Theory (Linkin Park), St. Anger (Metallica), Chinese Democracy (Guns N’ Roses), Medulla (Björk), Rockstar Supernova (idem); por citar algunos, para darse cuenta de esta saturación constante a los oídos, en donde a cada rato, casi frenéticamente, hay y hay algo sonando, y a veces cuesta distinguir entre los instrumentos, y claro, qué importa si uno está viajando o en el pub, la cosa es que suene; y si de compresión se trata, también está el fenómeno MP3, en el cual canciones son transformadas en base de datos aptos para lectura en el computador y otros dispositivos, y mientras más comprimido esté el archivo, menos pesa, y por ende, mayor capacidad para ser almacenados en CD’s, I-pod, etc.
Y pese a los avances tecnológicos, hoy siguen sorprendiendo gratamente los sonidos de antaño, de aquellos discos y canciones que tenían esa calidez, ese toque, esa sensibilidad y emotividad de músicos que trabajaban con instrumentos y equipos que hoy parecen pasados de moda, pero que; sin embargo, dieron y dan los mejores sonidos de todos los tiempos. Por ello seguimos escuchando “Time” (Pink Floyd), “Englishman In New York” (Sting), “Hotel California” (Eagles), “Private Investigations” (Dire Straits), “Stairway To Heaven” (Led Zeppelin), “Bohemian Rapsody” (Queen), “And You And I” (Yes), “Suite: Clouds, Rain” (David Gates) o “Enjoy The Silence” (Depeche Mode).
De todo esto se puede concluir algo muy atingente; la tecnología, por mucho que se desarrolle, no puede y nunca va a reemplazar al esfuerzo, al trabajo hecho con dedicación, al sonido logrado, detallado, captado en su preciso instante, en ese en que los músicos dieron lo mejor de sí para crear música para durar… para escuchar.
sábado, enero 12, 2008
Los turistas
lunes, diciembre 31, 2007
Chao 2007
Mirándolo de forma que los hechos predominen, debo decir que este año fue un año de muchos cambios, quizás el más movido que he tenido en mucho tiempo, y es que atrás quedó la etapa del estudio en un colegio o universidad, y debí hacer las maletas y emigrar al sur, en busca de trabajo. La decisión no fue difícil, ya que desde mis períodos de internado en el 2006 que sabía que debía intentar algo así, ya que el campo laboral está jodido para muchas personas, incluyendo a los kinesiólogos en la zona central; pero lo que sí fue difícil fue adaptarme a una nueva vida, lejos de la casa, familia y los amigos en Viña del Mar; mucho más cerca de la soledad y nuevos desafíos.
Así fue que en abril llegué a La Unión, un pueblo (o ciudad pequeña, no quiero ofender a nadie...) en la Región de los Ríos del cual nunca había oído hablar, y que pese a todo, estuve viviendo 5 meses entre sus calles y lugares.
Ahora que lo miro con calma, fue un tiempo especial, dado el hecho de ser mi primer trabajo y también por conocer gente nueva, muy amena, con las que compartí inolvidables momentos en el Consultorio de la ciudad, y también en la casa en donde viví; la de Don Aurelio Guzmán & la Señora Chela.
No obstante, pasé por muchos momentos difíciles, especialmente entre junio-julio, debido al frío, la claustrofobia laboral que sentía en mi lugar de trabajo, algunos problemas personales y sentimentales, todo lo cual me llevó a buscar otra pega, en una ciudad más grande, con mayores posibilidades culturales, de recreación, en un trabajo en el que me sintiera más realizado como profesional.
Fue así que en agosto, gracias al dato de mi colega y amigo Gabriel, quedé en el Hospital de Puerto Montt, comenzando a trabajar desde septiembre y hasta el día de hoy sigo allí... Bueno, hoy tuve día administrativo...
Y este trabajo, creo que hasta la primera semana de diciembre, fue exactamente el polo opuesto al del Consultorio: En La Unión me gustaba el ambiente de trabajo, el compartir con las matronas, enfermeras, doctores, ténicos paramédicos, administrativos, etc; pero no gustaba del trabajo en sí (kinesiología respiratoria); en cambio en el Hospital me gustaba y me gusta más el trabajo en sí (rehabilitación física, traumatología), pero el ambiente humano fue muy complicado para mí, logrando un contraste difícil de llevar mental y emocionalmente hablando.
Por ello, cada vez que tuve la ocasión en todos estos meses de trabajo, viajé a Viña del Mar, a estar con mi familia, a recorrer sus calles y locales, a tomar algo, como queriendo reencontrar una parte de mí dejada atrás. También viajé mucho a otras ciudades, ya sea como turista (Osorno, Valdivia), o a visitar amigos y familia (Concepción, Puerto Montt).
Si tuviera que escoger un mes en particular entre los 12 vividos, me quedo con diciembre, un mes realmente excepcional para mí, en donde pude conversar francamente con algunas personas en el trabajo, y desde ese entonces el clima laboral ha mejorado mucho, sintiéndome más a gusto y tranquilo en mi pega; el mes en que me reencontré con muchas personas, con Gabriela, una colega y ex-compañera de la UNAB; con mi hermana Marcia, con mi cuñado James, con ex-compañeros del colegio, como Marcela, Karla, Daniela & Nelson, y también un mes en el que he disfrutando de un clima soleado y cálido en Puerto Varas, perimitiéndome salir, tomar fotos, en pocas palabras, disfrutar del aire libre.
Sé que quedan muchas cosas en el tintero por decir, que no es fácil resumir en pocas líneas tantas emociones, sensaciones, experiencias vividas y transcurridas en este año, un año de grandes cambios personales y que ahora miro con agradecimiento por lo que me ha dejado; por lo que me ha hecho crecer como ser humano y profesional, y que espero que todo esto sea una especie de semilla que dará sus frutos el 2008.
Quisiera saludar y estrechar la mano de tanta gente con la que compartí este año, pero la lista es muy larga! Ojalá no se enoje nadie si su nombre no aparece aquí:
Muchos abrazos a Soledad, Juan Carlos, Eduardo, Marcia, James, Mauricio, Pamela, Antonia, Juan Ramón, Juan Pablo, Roberto, Valentina, la "mami", a mi familia en general; a los colegas Leonardo, Jeannette, Gabriel, Viviana, Verónica, Pamela, Gabriela, Rodrigo, Víctor; a los compañeros y ex-compañeros de trabajo Javier, Ignacio, Cristian, Jocelyn, Marlys, Mirtha, Pamela, Patricia, Ana María, Clara, Cristina, Natalia, Susan, Andrea, Darling, Liliana, Hilda, Sra. Yolita, Sra. Nenita, Eloína, Eugenia, Alberto, Juan Carlos ("40"), Jorge, Marta, Paulina, Carol, Francisco, Gisela, Sara; un saludo muy especial a Don Aurelio & Sra. Chela, Ana María & Carlos, que me arrendaron sus espacios; y a los amigos incondicionales; Pablo, Rodrigo, Juan Antonio, Flor, Sebastián, Andrea, Alexandre, Daniela, Karina, Francesca, Rigoberto, Claudia, Marcela, Jorge...
A todos ellos, a todos ustedes, a todos nosotros, ¡Un feliz 2008 y adiós 2007!
martes, diciembre 25, 2007
¡Feliz Navidad!
Hoy es 25 de diciembre, el día escogido por alguien o algunos para festejar la Navidad, es decir, el nacimiento de Jesús, hace muchos años atrás en el Medio Oriente; y pese a ser una fiesta más o menos universal, para cada familia, para cada persona que la festeja, la vive, la recuerda o la trata de olvidar, tiene un significado diferente. Para mí tiene un profundo sentido de cariño, de sincera y abnegada dedicación vertida en regalos cuidadosamente pensados y escogidos para lograr una sonrisa, un respiro hondo de asombro, unos ojos abiertos y brillantes... Y es por eso que para este año la Navidad no se vislumbraba muy alentadora, personalmente hablando, ya que sería la primera Navidad viviendo solo, lejos de la familia y los amigos de la Quinta Región; y por ello no me había entusiasmado, hasta que una llamada telefónica de mi madre cambió la situación, y la de ayer en la velada nocturna fue una Navidad inolvidable. Luego de nuestra tradicional Cena vegetariana nos preparamos para abrir los regalos, que tanto tiempo demandaron en ser envueltos, especialmente los de Marcia para nosotros. Y en la habitación en donde estoy hospedado comenzamos a descrifrar el misterio, el fabuloso enigma de los paquetes y cajas envueltos.
Creo que lo más hermoso de esto de la Navidad es el dedicarse a pensar con todo el cariño en los demás, en las personas que uno quiere, e ir realizando bosquejos mentales de qué cosas podrían gustarle y/o servirle al familiar, al amigo, haciendo un notable esfuerzo de empatía, y con ello no sólo me refiero a los regalos, sino también a las palabras, los gestos, las miradas, a todo el ambiente que uno vive, aunque claro, como dije en un principio, cada uno tiene diversas opiniones y vivencias de la Navidad.
En mi caso, el mejor regalo que pude haber tenido fue el compartir con mi familia acá en Puerto Varas, el poder conversar, reír, escuchar, comer juntos después de mucho tiempo. Eso es algo imborrable y que para mí quedará como uno de los mejores momentos de este año que comienza a despedirse. Ojalá que para ustedes también haya sido similar. ¡Felicidades!