martes, agosto 21, 2007

Quiero...

... vacaciones
... días de relajo y paseo
... recorrer más Parques Nacionales
... encontrar un buen arriendo en Puerto Montt
... estar con mi familia
... encontrar una polola
... tocar música con Ponky, Palmer, Rodrigo y Neira
... sentirme a gusto en el Hospital
... recibir una sorpresa emocionante y agradable
... ir al cine arte
... ver a algunos amigos que no veo hace mucho tiempo
... cocinar como lo hacía en Viña del Mar
... mejorarme pronto de esta gripe
... dormir un poco más
... encontrar un lugar en donde pueda establecerme un tiempo más largo
... volver a retomar mi pasión por los idiomas
... ir al gimnasio
... escribir más cuentos e historias y publicar un libro con ellos
... poder ahorrar más dinero
... sentir el olor de los Eucaliptus, fresco, vivo
... que a Chile le vaya bien con Bielsa
... que la U salga campeón
... renovar algo de ropa
... que mi familia y amigos tengan buenos trabajos, bien pagados y estables
... escribir una canción
... dar un beso, un abrazo, un apretón de manos
... que las personas que quiero sepan lo mucho que me significan para mí
... poder decirles a todas ellas ¡Te (lo/la) quiero!

sábado, agosto 11, 2007

Honestamente...

Todo es un juego. Una estrategia de dar y ceder, de saber mover las piezas en el trablero y de jugar las cartas cuando la ocasión así lo requiere. Así lo entiende Carolina, una mujer que de unas cuantas noches a unas pocas mañanas se convirtió en un verdadero símbolo de la mujer que no teme decir y hacer lo que piensa, símbolo de sinceridad radical y opiniones que golpean la cara del adversario. Y como ella sabe que todo esto es un juego, que le brinda popularidad y dinero, que la mantiene en la mira de las conversaciones en la pantalla, no pretende cambiar de personaje ni quiere asumir otra careta. Mucho tiempo pasó buscando y forjándose una que no le apretara la nariz y que le dejara ver sin trabas, hasta que dio con la máscara perfecta; la de una persona sin pelos en la lengua. Sucedió que una noche, luego de una extenuante jornada de entrevistas y discusiones en vivo, se acostó temprano, para seguir soñando su vida, esta vez, durmiendo. Y en el hondo sueño la visitó una extraña imagen, de ella misma, más joven y discreta, como antes, y esa imagen le dijo a Carolina: - "Por favor, ¿podrías decirme quién está soñando ahora?". En ese momento, en ese mismo momento, Carolina despertó súbitamente.